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domingo, 16 de marzo de 2014

Capítulo 6.

Lo subo muy rápido, por lo que no tengo tiempo de revisarlo, así que habrá muchas faltas. A lo importante: mínimo tres comentarios si queréis el siguiente. Siento tener que hacer esto, pero es que necesito opiniones. Bien, dicho esto, estoy buscando a gente que lea un pequeño relato que voy a presentar a un concurso. Dejadme vuestro correo en el comentario y lo tendréis. Gracias :)

***
Capítulo 6.
Observé conmocionada su cuerpo. Que Ancel lo hubiese matado no probaba que era la Muerte, pero el hecho de que solamente él pudiera materializarse ya lo confirmaba. Y además, supuse que el color de sus ojos también tenía algo que ver, puesto que en cuanto el corazón del chico se hubo parado, los ojos de Ancel volvían a ser ambarinos.
Volví a posar mi vista sobre el cuerpo del muchacho, evitando mirar la herida de la bala. Ancel volvió a mi lado, otra vez inmaterial, pero no le presté ninguna atención.
La figura fue envuelta en una luz blanca cegadora, lo que hizo que tuviese que protegerme con el gran cuerpo del semental. Cuando el resplandor se hubo apagado, salí de mi “escondrijo” para ver una cosa sorprendente.
Del cuerpo, en la misma posición en la que estaba antes de la luz, salía una presencia, el espíritu del chico.
Ancel lo observó con una mueca que estaba en una mezcla entre asco y decepción. El espíritu era blanco, puro, y entonces me di cuenta de algo.
Pasé mi mirada desde Ancel al chico, y de vuelta. Descubrí que la energía que manaba de Ancel era completamente diferente a la del chico, así como la mía.
Las esencias de Ancel y mía eran blancas rojizas, como una luz fogosa, mientras que la del joven era absolutamente inmaculada.
Observé cómo su presencia se desvanecía poco a poco, como humo, comprendiendo por fin lo que Ancel había querido decir: “somos diferentes”.
Le miré, frunciendo el ceño.
–¿Era eso a lo que te referías?
–¿Qué? –Inquirió, un poco confuso.
–Con lo de ser diferentes –le orienté.
–Ah –dijo.
Sin embargo, no contestó. Reacia a enfadarme –por muy raro que sonara–, decidí redirigir nuestra conversación.
No con el fin de disuadir a Ancel para que hablara –no me sentía con la capacidad suficiente como para engañarle–, sino para poder averiguar otras cosas de otros temas que podrían conducirme a una suposición acertada.
Vaya, eso ha sonado bien.
–¿De qué modo somos diferentes?
Él me escrutó la cara impasible, lo que me impidió deducir qué se le pasaba por la cabeza.
–De uno peligroso –contestó solamente.
Intenté contenerme para no poner los ojos en blanco, lo juro, pero me fue imposible.
Al cabo de un rato en el que nos quedamos en silencio –uno incómodo, puedo asegurarlo–, Ancel resopló y me cogió del brazo.
–Creo haberte dicho como unas diez mil veces hace bastante rato que tenías que venir conmigo. No quiero parecer tu madre ni nada, pero…
–Tarde, chaval.
Suspiró y la presión sobre mi antebrazo aumentó. Me intentó arrastrar –omitiré el detalle en el que intento despegarme en vano– hacia su caballo, que aún me miraba con cara de asco y se subió a él, tendiéndome la mano para supuestamente ayudarme a subir.
Resoplé.
–¿Vas a intentar obligarme a ir contigo?
–Oh, no, querida –sonrió maliciosamente–. Quita eso de intentar, parece que no lo voy a conseguir.
–Porque no lo vas a conseguir –me crucé de brazos y me planté en el suelo, escrutándolo con la mejor mirada amenazadora que pude poner. Obviamente, no era tan fría como la del semental.
–¿Voy a tener que subirte a la fuerza?
–Atrévete.
Él se rio sonoramente, como si hubiera contado el chiste más gracioso del mundo. Aunque, probablemente, para él lo había hecho.
Desmontó, provocando un sonido sordo en el momento en que sus pies tocaron tierra, y se acercó a mí.
Comencé a retroceder instintivamente. De pronto, el aura de energía que le rodeaba se había vuelto de un negro ceniza y todo él emanaba una clara advertencia de peligro.
–¿Ancel?
–Creo que debería haberte dicho antes que soy el segundo más poderoso por estas tierras, y que no conviene desobedecerme, no solo a mí, sino al único que me supera.
Tragué saliva sin pensar.
–Vale…
Entonces se separó, y en cuanto pude respirar, me di cuenta por primera vez de que me había arrinconado en el callejón.
Sus ojos ambarinos echaban chispas, lo que me dio una gran satisfacción personal que no debería sentir, pero que para mí era inevitable.
Desde que conocía a Ancel, era la primera vez que había podido leer un sentimiento en su rostro.
Así que al final, le seguí a lomos del caballo negro. Ancel palmeó su gran cuello, con un pelaje sedoso. La silla era lo suficientemente pequeña como para que yo cupiera en la grupa.
Con todo el descaro del mundo, Ancel cogió mis manos y las colocó alrededor de su cintura, como si supiera que me encantaría.
La verdad, me dieron ganas de cruzarle la cara.
Eso sí, toda la verdad, es que me de algún modo me gustó sentir el tacto de sus musculados abdominales y la real calidez de su piel.
Desde mi muerte, todo me había parecido muy frío y distante. Solo Ancel lograba disipar la cortina que me separaba de la completa humanidad que había perdido… por su culpa.
De algún modo, no quería dejar mi vida atrás. No como lo había hecho Ancel. No quería olvidarlo. Sabía que sería doloroso, por supuesto. Por alguna razón Ancel no quería hablar de su pasado, pero tenía que haber un modo de no dejarlo todo atrás.
Tenía que haberlo.
Ancel giró la cabeza, haciendo que nuestros ojos quedaran a la misma altura.
–¿Debo preguntar si te gusta?
–Creo que debes sacarnos de aquí antes de que te de un guantazo.
Él profirió una risita contenida.
–Aún respiras –observó–. Y todavía no lo controlas.
Y se dio la vuelta de nuevo.
Fruncí el ceño. ¿Qué había querido decir con…? Ah. Claro.
–No te creas que es por ti –le dije, poniendo énfasis en la última palabra–. Es este animal. Me pone de los nervios, amenazándome con la mirada.
–Eso es porque piensa que te vas a quedar conmigo.
–Parece que es lo que tú quieres. ¿No lo entendería? –Repliqué.
Él volvió a cogerme las manos y las apretó más fuerte contra su vientre.
–Una pregunta –mi aliento golpeando su oído–. ¿Sueles acosar a la gente como haces conmigo o es algo personal?
–No creo que quieras saber la respuesta –rio.
–¡Oh! ¡Lo sabía! ¡Eres un acosador!
–Uno atractivo. Has tenido suerte.
–Sí, claro –repuse–. Atractivo e idiota.
–¡Já! ¿Lo admites, entonces?
–¡¿Qué?! ¡Esas palabras no pueden haber salido de mi boca! –Dije, dramatizándolo un poco demasiado.
–Lo que tú digas.
–Volviendo al tema –anuncié–, es algo personal, ¿verdad? Me has estado observando para matarme y acosarme aquí. Aunque si te habían ordenado matarme, y tú querías violarme, podrías haberte materializado como un hostigador de primera y haberme matado después de…
–No me des ideas –me cortó, sonriendo.
–Ya, bueno. Pero respóndeme.
Él suspiró.
–Que sepas que al principio no quería.
¡Agh! Ya estábamos otra vez con el misterio de las narices que a él tanto parecía divertirle.
–¿No querías qué? –Pregunté de todos modos.
Empecé a pensar respuestas defensivas ante una contestación evasiva de su parte, pero por un breve instante solo me encontré una sonrisa que me provocaba sentimientos contradictorios.
Para mi sorpresa, su respuesta fue clara:
–Jurar protegerte.

5 comentarios:

  1. Vale, primero que nada, GRACIAS POR SUBIRLO *^*
    No ha sido dificil convencerte, y ya veo que ha valido la pena,a parte de ahorrarnos la pelea, me has dejado de piedra y con los pelos de punta.
    ¿Por qué te empeñas en hacerme sufrir de esta manera?
    Es como estar viendo una serie y que te corten en el mejor momento xD (Que suele pasar).
    PERO CONTIGO ES PEOR.
    Sí, por que es adictivo. Punto.
    Y como no subas pronto te haré una visita de noche... Y no será agradable :3
    Pero que te quiero xD INCREÍBLE, como siempre, cada vez mejor.

    Y pasame el relato del concurso *-*

    Gmail: worldofwords.stories@gmail.com

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  2. ENSERIO!? Hahaha dios me encanta! Con cada capítulo solo tengo más preguntas.
    Gmail: laura97.llzr@gmail.com
    ;)

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  3. Cada vez me es más difícil,quiero leerlo de seguido!!así es una agonía!!!engancha y mucho.....

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  4. Diioooss!! Lo has hecho otra vez, lo cortas en el mejor momento!!!!!! Tienes que subir otro o me morireeeee... Me encanta tu libro, ES INCREIBLEMENTEEE ADICTIVOOOOO
    PSD: mi correo es => daniela.amo.22@gmail.com
    Leer algo mas tuyo me parece genial, en serio, me encanta tu escritura!! :-*

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  5. Siento haber comentado tan tarde (lo había leído antes pero no me daba tiempo a comentar :S). Por cierto, el relato que me has pasado es una maravilla, vas a tener muchas posibilidades de ganar y ahorrar el dinero que deseas para comprarte el caballo (te ruego que me le dejes montar) <3<3<3 xD
    Según tú "muchas faltas" son dos pequeñísimas erratas que ya te he dicho por chat :P.
    Bueno, a veces mi memoria suele fallar y si me permites preguntar: ¿adónde van a lomos del caballo?
    Por mí, como si haces un saga entera, ¿eh? O mejor, que sea interminable jjajaja xD
    ¡Sigue así! ^^

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